Castillo de Chillón
El castillo de Chillon es el castillo más famoso de toda Suiza con una historia rica y colorida. Parece que la propia naturaleza le ha preparado un lugar tan visible y conveniente. El complejo del castillo está situado sobre un acantilado en el lago Lemán, que se eleva casi en la misma orilla. Es decir, de hecho, la fortaleza se encuentra sobre el agua, un puente la conecta con la orilla.
Historia del Castillo de Chillón
Naturalmente, la gente se dio cuenta de un lugar tan estratégicamente ventajoso desde muy temprano. Los historiadores sugieren que durante el Imperio Romano hubo un puerto centinela en el sitio del castillo. Como prueba de esta teoría, durante las excavaciones en el terreno se encontraron monedas de esa época.
La primera mención del Castillo de Chillón se encuentra en los anales del siglo XII, pero lo más probable es que la construcción de la fortaleza comenzara mucho antes, en los siglos IX y X. Y ya en el siglo XII, el edificio se convirtió en la residencia de los condes de Saboya. Desde entonces, el territorio se ha expandido y fortalecido, y en el siglo XV tomó la forma que se puede observar hoy.
En aquella época, el Castillo de Chillón se utilizaba como prisión. Los enemigos de la familia eran encerrados en altos sótanos abovedados, así como los hechiceros y brujas, que también eran quemados en la hoguera en los patios de la fortaleza.
En el siglo XVI, tras el asedio, el castillo de Chillon pasó a manos de los protestantes de Berna y les perteneció hasta finales del siglo XVIII. Durante este tiempo se utilizó como almacén de armas y provisiones, como base para la marina de Berna, en el sótano funcionaba como antes una prisión. A finales del siglo XIX, la "Asociación del Castillo de Chillon" llevó a cabo una reconstrucción global y el castillo recibió el estatus y la importancia de un monumento histórico. Se abre al público en general como museo-fortaleza medieval.
Vistas del Castillo de Chillón
Casi todo el tiempo de su existencia, las mazmorras del castillo fueron utilizadas como cárceles. Aquí se mantuvieron prisioneros políticos, por ejemplo, el reformador François Bonivard, quien más tarde se convirtió en el prototipo del Prisionero de Chillon de Byron. Antiguamente, los sospechosos de brujería eran prisioneros de mazmorras, también eran víctimas de torturas y, a menudo, acababan con sus vidas en el fuego o en las aguas del lago Lemán.
Hoy en día, los sótanos del Castillo de Chillón, con la ayuda de instalaciones, dan una idea colorida de cómo era una prisión medieval; en el calabozo también se almacenan barriles de vino. Muchas de las habitaciones del castillo están bien conservadas, una de las más interesantes es el dormitorio del conde. La atención de los turistas atrae la cama corta para los estándares modernos. En aquella época se consideraba útil dormir medio sentado, según otra versión: sólo los muertos duermen tumbados.
Otra atracción es el comedor de los condes de Saboya. La sala tiene una enorme chimenea decorada con cuadros, un adorno antiguo en las paredes y una antigua lámpara de araña encima de la mesa.
La visita al castillo de Chillón es un punto obligado de la ruta turística para todos los amantes de la antigüedad, los castillos y la Edad Media.
