Castillo de Rochester
Ubicado cerca de la antigua casa de los romanos, el castillo de Rochester se eleva sobre la ciudad del mismo nombre. La igualmente impresionante Catedral de Rochester se encuentra en la base del castillo, otra joya arquitectónica de esta pequeña pero históricamente rica ciudad del sureste.
Importancia estratégica
El castillo de Rochester se construyó en el lugar donde los romanos se asentaron originalmente en la ciudad. El sitio era de importancia táctica ya que estaba en el cruce del río Medway y la famosa calle Roman Watling, y no es difícil ver por qué los normandos eligieron usarlo como sitio de una fortaleza. Antes de la llegada de los normandos, los castillos eran prácticamente desconocidos en Inglaterra. Desde ese momento, comenzó la necesidad de mantener territorios, lo que llevó a la construcción de fortificaciones igualmente impresionantes en todo el país.
Construir un castillo
En 1087, Gundulf, obispo de Rochester, comenzó a construir el castillo. Uno de los más grandes arquitectos de Guillermo el Conquistador, también fue responsable de la Torre de Londres. Gran parte de lo que ves permanece del perímetro amurallado de esa época. William de Corbeil, arzobispo de Canterbury, también contribuyó a este gran proyecto de construcción del castillo. Enrique I le concedió la custodia del castillo en 1127, responsabilidad que continuó hasta que el rey Juan se hizo cargo del castillo en 1215.
lugar de batalla
Durante la Guerra de los Barones de 1264, tuvo lugar otra batalla en el castillo de Rochester, esta vez entre Enrique III y Simón de Montfort. El castillo fue atacado por los ejércitos rebeldes. Roger de Laybourne, el líder de la defensa del castillo, se vio obligado a regresar a la fortaleza después de veinticuatro horas de lucha. Todo terminó con la llegada del ejército al mando del rey. Se requería una renovación, que comenzó solo después de 100 años.
Grandiosidad moderna
El castillo de Rochester ocupa un lugar de honor entre los edificios normandos y hoy en día atrae a turistas de todas partes. Un lugar especial lo ocupa la Catedral de Rochester, la segunda catedral más antigua del país, monumento espiritual de la cultura cristiana. Desde el lado de la catedral, el impresionante edificio del castillo causa una gran impresión.