Jardín Botánico de Lucca
El Jardín Botánico de Lucca fue fundado en 1820 por María Luisa, Duquesa de Parma. La ciudad de Lucca se considera el territorio de las cien iglesias. Pero además de la abundancia de edificios religiosos y casas antiguas, hay un acogedor jardín botánico que, según los residentes locales, es una visita obligada para cualquier turista. En la estación cálida abre todos los días, en invierno solo entre semana.
Historia del Jardín Botánico de Lucca
Un increíble rincón de la naturaleza apareció en la ciudad hace relativamente poco tiempo. La orden para su disposición la dio la duquesa de Parma María Luisa en 1820. En aquella época, el jardín estaba dividido en tres zonas. Allí se encontraba un arboreto geométrico, una colina con estructura en espiral y el lago Laghetto, que apareció en 1860. En cuanto al pequeño estanque, los lugareños estarán felices de contar la leyenda sobre una dama noble que intentó con todas sus fuerzas preservar su belleza y juventud y para ello incluso hizo un trato con el diablo. Cumplió su parte del acuerdo, pero cuando expiró su plazo, metió al deudor en un carruaje caliente, condujo a la sufriente mujer por la ciudad y la arrojó al lago. También dicen que si miras mucho tiempo dentro del agua, puedes ver el rostro de un pecador en el fondo.
Durante mucho tiempo, el Jardín Botánico de Lucca perteneció a la Universidad Real de Lucca, en su territorio había un Laboratorio de Física y un Observatorio Astronómico. Siguen funcionando hoy, aunque el equipo ha cambiado en los últimos 200 años. La forma del Arboretum también ha cambiado, pero la colina sigue siendo la misma y cuenta con árboles que tienen más de doscientos años.
Cien años después de su creación, el parque fue transferido al municipio de la ciudad y comenzó a ser considerado un tesoro nacional, que todos pueden visitar, aunque pagando una tarifa. Pero las maravillas del área del parque valen la pena.
Qué ver
El actual Jardín Botánico de Lucca está dividido en dos grandes áreas. En el primero hay un arboreto, un jardín abierto y un bonito lago, en el segundo el territorio está dedicado a un invernadero, el Museo Botánico, famoso por su herbario y una antigua colección de documentos de archivo, la Escuela Botánica y los laboratorios que han permaneció aquí desde el siglo XVIII.
El mayor interés de los visitantes del Jardín Botánico de Lucca lo causan los verdes habitantes del parque: cedros libaneses (el más antiguo fue plantado aquí en 1822), encantadoras camelias y azaleas, encantadores rododendros, helechos y cactus, palmeras. árboles y cipreses. En el centro del lago se sienten de maravilla las ninfas y el asombroso árbol taxodio, que ha aprendido a vivir en medio del agua y a recibir el oxígeno necesario a través de raíces respiratorias que flotan en la superficie.
En total, unas 200 especies de plantas han encontrado un hogar en el Jardín Botánico de Lucca. Los fanáticos de ideas arquitectónicas inusuales apreciarán las nueve entradas al jardín, cada una decorada en su propio estilo, los medallones de cerámica que cuentan los momentos históricos más importantes de la vida del jardín, la esfinge y una enorme calabaza de terracota que decoran el área de plantas acuáticas.