Basílica de San Domenico en Siena
La Basílica de San Domenico en Siena, también conocida como la Iglesia de Caterinian, se parece más a un imponente castillo de caballeros con su masa mundana y su torre almenada. Está completamente desprovisto de decoración exterior y ni siquiera tiene una fachada principal.
Historia de la Creación
La construcción de la Basílica de San Domenico fue iniciada a mediados del siglo XIII por monjes dominicos. Construyeron en esos días, sin prisas, por lo que la construcción del edificio religioso tomó más de 40 años. Después de otros 100 años, la iglesia se amplió ligeramente y adquirió la apariencia que ha sobrevivido hasta el día de hoy en 1465.
Se cree que una de las santas más veneradas de Italia, Catalina de Siena, pasó la mayor parte de su vida aquí. Se hizo famosa gracias a su asombroso ascetismo, abnegación y visiones religiosas. Por cierto, Catalina recibió el título oficial de santa patrona del país recién en 1939.
A finales del siglo XVIII, la Basílica de San Domenico fue borrada casi por completo de la faz de la tierra por un fuerte terremoto, pero gracias a los esfuerzos de la Iglesia Católica Romana, se levantó de las ruinas, conservando completamente su formidable apariencia. Se suponía que esta aparición testificaba la renuncia de los miembros de la orden religiosa a la riqueza material. Bueno, se diseñaron enormes muros sin cornisas para proteger la ciudad del probable ataque de los vecinos de Florencia.
Descripción
La basílica gótica de San Domenico fue construida con ladrillo rojo y estaba decorada con un campanario estricto, pero no menos majestuoso. Es cierto que después del devastador terremoto, perdió un poco de altura.
El interior de la iglesia también es peculiar, realizado en forma de cruz egipcia con ocho capillas en su interior. La Capilla de la Capella delle Volte es especialmente popular entre los viajeros y peregrinos. En este lugar, los habitantes de la Basílica de San Domenico, incluida Santa Catalina, rezaron durante mucho tiempo. La decoración de la capilla fueron las pinturas del siglo XVII, pintadas por Mattia Preti y Crescencio Gambarelli. Aquí, de forma visual, se da una descripción de la vida de la Santa: su tonsura, visiones, muerte. Al mismo tiempo, se cree que el lienzo central con el rostro de Catalina es su única imagen confiable. En la capilla hay un arca con el dedo del Santo Intercesor, y la cabeza de Catalina se conserva en el altar de la Basílica de San Domenico, creada en el siglo XV. El resto de las reliquias se encuentran en Roma, en la Basílica de Santa Maria sopra Minerva.
Los muros de la nave no son de menor interés para los conocedores de la pintura antigua. Aquí están las obras de Francesco di Vannuccio, los hermanos Giovanni, Lorenzetti, Stefano Volpi, Antonio Maga, Il Sodom, Alessandro Casolani. Los suelos de mármol están decorados con imágenes de Orfeo y numerosos representantes del mundo animal.
La torre de observación ofrece una magnífica vista de la Catedral de Siena y la torre de Tore del Mangia.