Mezquita de Al Aqsa
La Mezquita de al-Aqsa es considerada el tercer santuario más importante del Islam, y sueña con ser visitada por musulmanes de todo el mundo. Esta es la segunda de las "viviendas de Allah" erigidas, que se reconoce como un lugar Bendito en Jerusalén. Se encuentra en el Monte del Templo en Israel. Con una longitud de 80 metros, el ancho del edificio es de 55 metros. Puede haber hasta 5.000 creyentes a la vez. Pero un representante de otra religión o un ateo puede ingresar al templo, es importante observar algunas condiciones simples que no dañen los sentimientos de los creyentes.
Información básica
El santuario de Jerusalén tiene una rica historia. Originalmente, la Mezquita de al-Aqsa era una pequeña casa de oración construida en el siglo VII. El nombre en árabe significa "Mezquita lejana". Los musulmanes no tienen dudas de que Mahoma fue trasladado de la Meca a este lugar antes de ascender al cielo.
El califa Abdul Malik Ibn marwana decidió aumentar la Mezquita de al-Aqsa, porque ya no podía acomodar a todos los que querían orar. Su número se hizo cada vez más grande con el tiempo. Las obras se prolongaron durante varios años. Terminaron bajo el heredero del califa al-Walid en 705. En el año 746 el templo fue destruido por un terremoto. El santuario fue reconstruido. La reconstrucción se completó solo en el año 780, pero luego ocurrió un nuevo terremoto. Hoy en día se conserva una Mezquita creada en el siglo XI.
Características arquitectónicas
Desde el interior, la Mezquita de al-Aqsa está llena de mosaicos. El exterior estaba revestido con láminas de plomo gris. En la parte inferior, las paredes están decoradas con losas de mármol blanco, mientras que en la parte superior de las paredes hay patrones de mosaico. El hemisferio de la cúpula se eleva sobre el piso 17 metros. Dentro de la Mezquita de al-Aqsa hay naves y galerías. La galería central está soportada por techos arqueados y columnas. Se puede acceder a la Mezquita desde 4 entradas establecidas de acuerdo con las costumbres musulmanas. Antes de entrar hay que quitarse los zapatos.
Todas las personas pueden visitar la Mezquita de al-Aqsa, profesen o no el Islam. Solo es necesario vestirse modestamente, no fumar y no consumir bebidas alcohólicas, es importante respetar los sentimientos de los creyentes. Se puede llegar al Monte del Templo en los autobuses No 1, 3, 43.